Ellos permanecen en silencio, inmóviles, expectantes, temerosos. Camino hasta el centro de la sala. Aguardo unos segundos para recobrar el sentido común. Entonces, alzo la vista y recito:
-¿Cuándo cambiamos las finas cortesanas por vulgares rameras?, ¿cuándo los señoritos de papá por drogadictos...?
Decidme, ¿quién de vosotros ha hecho de mi burdel, una sucia casa de putas?
-1-
No me atrevía a subir uno tan corto y tan denso, y voy y veo este. Me encanta. No le cambiaría nada.
ResponderEliminar